El bardo quieto ante la belleza de aquel infinito reflexionó, pensó y lamentó el día que decidió ir al mar por primera vez donde vio a la sirena, una sirena que con sus ojos, que como esclavistas me habían echo suyo, se postraron hacia donde mi sombra reposaba, una cabellera que como las redes de los pescadores apresaron los pensamientos, unos labios.....unos labios que son la lujuria de todo ser que camina por la tierra.
El oscuro velo de la noche iba cayendo sobre el bardo, el bosque esta lejos, así que hoy la canción del bardo sonara por la playa, deleitando a cangrejos y gaviotas que quieran escuchar sus acordes, a la sirena, si hoy le quiere hacer compañía, aunque los dioses hoy no quieren que tenga mas espectadores de los que hoy tiene, pues la sirena se a hundido en el mar por extrañas circunstancias, no volverá y este bardo no sabe nadar así que nada se le puede hacer.
La Canción del Bardo dice así:
Sea maldita mi desdicha,
un rubí en el bosque perdí
y buscando un nuevo zafiro en el mar,
solo encuentro arena y agua de sal
A la mar vine buscando un nada,
entre mis sueños aviste un espejismo
donde una sirena dulce y mojada
consiguió el don de tener mi amor
Con su cantar me atravesó
en su cabello me enredó
a las oscuras aguas me llevó
y como su presa me mató
En la hoguera estoy dulce sirena
en las llamas en las que soy polvo hoy
pues en el mar no encontré "la Victoria"
pues en el mar no encontré "la Victoria"
mas así y todo polvo enamorado soy.